Todos tenemos una rutina. Nuestra vida comienza con el metro y acaba con él. Inicia en Indios Verdes, termina en Barranca del Muerto y así. Existen tantos espacios vacíos, tantos túneles y pasadizos que dormir ahí no nos pone nerviosos ni alertas, además nuestra presencia en muchas ocasiones es deliberadamente ignorada por los guardias temerosos y mareados por las horas de insomnio.
Nací en Garibaldi, mi llegada fue anunciada por mariachis entusiastas, gordos y sonrientes, solo vi las luces y mi madre me puso en su espalda y me cargo con rumbo a una nueva estación. Mamá dijo que no era de extra